Un texto dice que al principio del mundo, cuando Dios decidió crear a la mujer, encontró que había agotado todos los materiales disponibles sólidos en el hombre y no tenía más de que disponer.
Ante este dilema y después de una profunda meditación, hizo esto: tomó la redondez de la luna, las suaves curvas de las olas, la tierna adhesión de la enredadera, el trémulo movimiento de las hojas, la esbeltez de la palmera, el tinte delicado de las flores, la amorosa mirada del ciervo, la alegría del rayo del sol y las gotas del llanto de las nubes, la inconstancia del viento y la fidelidad del perro, la timidez de la tórtola y la vanidad del pavo real, la suavidad de la pluma del cisne y la dureza del diamante, la dulzura de la paloma y la crueldad del tigre, el ardor del fuego y la frialdad de la nieve, mezcló tan desiguales ingredientes, formó a la mujer y se la dio al hombre.
Después de una semana vino el hombre y le dijo: Señor te vengo a devolver a la criatura que me diste me hace desdichado, quiere toda mi atención, nunca me deja solo, charla incesantemente, llora sin motivo, se divierte en hacerme sufrir y vengo a devolvértela porque no puedo vivir con ella.
Bien contestó Dios y tomó a la mujer.
Paso otra semana volvió el hombre y le dijo: Señor me encuentro muy solo desde que te devolví a la criatura que hiciste para mi, ella cantaba y jugaba a mi lado, me miraba con ternura y su mirada era una caricia. Reía y su risa era música, era hermosa a la vista y suave al tacto. Dámela porque no puedo vivir sin ella.
Autor desconocido
MI SIMBOLO
viernes, 12 de noviembre de 2010
Historia del amor
Un día cuando el mundo estaba como perdido, estaban todos los sentimientos reunidos para arreglar la situación, cuando de repente dice la inteligencia
-¡Ya se como podemos pasar los días mejor!- por supuesto ella siempre tan inteligente
-¡Jugaremos a los escondidos!-
Pero de repente se presentó otro problema, a la tristeza como siempre, tan triste, no le alegraba el juego, y el aburrimiento no quería jugar porque decía que el juego no le entretenía, que para el era mejor pasar los días tras una piedra.
La alegría, que no era fácil de controlar, siempre tan alegre, no escuchó nada.
Pero aún faltaba la esperanza, el amor, la pasión y la ternura.
Ésta última era tan tierna, decía que para ella era difícil esos tipos de juegos, que mejor se pasaba los días en los campos respirando el perfume de las flores.
La pasión, siempre tan apasionada, estaba pensando en qué haría luego.
En eso llega el amor y dice:
– No se por qué están tan desalentados, y comenzó a brindarle amor a cada uno de los sentimientos que estaban presentes.
Cuando de repente llegó la esperanza y comenzó a ayudar al amor sin decir una palabra y sin cansarse hasta alegrarlos a todos.
Cuando ya estaban todos los sentimientos motivados, dice la alegría:
– Yo me quedaré, escóndanse todos que yo los encontraré –
La alegría cuenta hasta mil y comienza a buscarlos. A los pocos metros encontró al aburrimiento, aburrido tras una piedra. Unos minutos más tarde, encontró a la pasión y la ternura en los campos de flores muy apasionados jugando entre los pétalos. Siguió buscando y entre las ramas de los árboles encontró a la tristeza muy triste porque ya no le gustaba el juego.
La esperanza, siempre tan buena, se descubrió para ayudar a la tristeza.
Cuando el juego estaba terminando se hacía más difícil, ya que faltaba el amor y la inteligencia.
La alegría regreso al árbol donde había contado y encontró a la inteligencia detrás de éste, aún faltaba el amor. Entonces la tristeza se detuvo y se dijo así misma:
– He buscado por todas partes y no he visto nada, ya sé donde puedo encontrarlo –
Y se dirigió al rosal que estaba muy cerca de allí. Cuando estaba muy silencioso buscando, escucha unos gritos entre las ramas como si estuvieran llorando o lamentándose de algo.
La alegría se dirigió hacia las ramas y descubrió al amor enredado entre las espinas y con los ojos ensangrentados, entonces la alegría le dijo:
– Perdóname amor, se que por mi culpa ahora te sientes mal, se que te debo la vida, no me abandones, que yo nunca te abandonaré.
Por eso se dice que el amor es ciego y la alegría siempre lo acompaña.
Autor: Osmel Chapman Pérez
-¡Ya se como podemos pasar los días mejor!- por supuesto ella siempre tan inteligente
-¡Jugaremos a los escondidos!-
Pero de repente se presentó otro problema, a la tristeza como siempre, tan triste, no le alegraba el juego, y el aburrimiento no quería jugar porque decía que el juego no le entretenía, que para el era mejor pasar los días tras una piedra.
La alegría, que no era fácil de controlar, siempre tan alegre, no escuchó nada.
Pero aún faltaba la esperanza, el amor, la pasión y la ternura.
Ésta última era tan tierna, decía que para ella era difícil esos tipos de juegos, que mejor se pasaba los días en los campos respirando el perfume de las flores.
La pasión, siempre tan apasionada, estaba pensando en qué haría luego.
En eso llega el amor y dice:
– No se por qué están tan desalentados, y comenzó a brindarle amor a cada uno de los sentimientos que estaban presentes.
Cuando de repente llegó la esperanza y comenzó a ayudar al amor sin decir una palabra y sin cansarse hasta alegrarlos a todos.
Cuando ya estaban todos los sentimientos motivados, dice la alegría:
– Yo me quedaré, escóndanse todos que yo los encontraré –
La alegría cuenta hasta mil y comienza a buscarlos. A los pocos metros encontró al aburrimiento, aburrido tras una piedra. Unos minutos más tarde, encontró a la pasión y la ternura en los campos de flores muy apasionados jugando entre los pétalos. Siguió buscando y entre las ramas de los árboles encontró a la tristeza muy triste porque ya no le gustaba el juego.
La esperanza, siempre tan buena, se descubrió para ayudar a la tristeza.
Cuando el juego estaba terminando se hacía más difícil, ya que faltaba el amor y la inteligencia.
La alegría regreso al árbol donde había contado y encontró a la inteligencia detrás de éste, aún faltaba el amor. Entonces la tristeza se detuvo y se dijo así misma:
– He buscado por todas partes y no he visto nada, ya sé donde puedo encontrarlo –
Y se dirigió al rosal que estaba muy cerca de allí. Cuando estaba muy silencioso buscando, escucha unos gritos entre las ramas como si estuvieran llorando o lamentándose de algo.
La alegría se dirigió hacia las ramas y descubrió al amor enredado entre las espinas y con los ojos ensangrentados, entonces la alegría le dijo:
– Perdóname amor, se que por mi culpa ahora te sientes mal, se que te debo la vida, no me abandones, que yo nunca te abandonaré.
Por eso se dice que el amor es ciego y la alegría siempre lo acompaña.
Autor: Osmel Chapman Pérez
¿Cuantas veces tengo que tropezar con la misma piedra, para poder aprender a caminar?
Creo que es la segunda o tercera vez que me tropiezo con la misma piedra! por Dios.. HASTA CUANDO!, bueno lo importante es que Dios me da fuerzas, y estoy dispuesta a luchar por mi felicidad, sea cual sea el precio.
Gracias a mis amigas que se preocupan por mi.
Tomare en cuenta cada una de las lecciones que me deja la vida, para ser mejor, y tratar de no volverme a tropezar y de una vez por todas o APRENDO A CAMINAR, O TOMO OTRO CAMINO.
Gracias a mis amigas que se preocupan por mi.
Tomare en cuenta cada una de las lecciones que me deja la vida, para ser mejor, y tratar de no volverme a tropezar y de una vez por todas o APRENDO A CAMINAR, O TOMO OTRO CAMINO.
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